Mario Unda: Hacia la segunda fase de la “revolución ciudadana”

May 26, 2009

Reflexiones después de las elecciones del 26 de abril


Las elecciones del 26 de abril cierran con un nuevo y amplio triunfo el período abierto con la victoria de Rafael Correa en la segunda vuelta de 2006: se afirma entonces la nueva hegemonía de reforma capitalista expresada en el gobierno de Alianza País –la alianza de una nueva “tecnocracia ilustrada” con sectores modernos de la burguesía: grandes grupos económicos que controlan importantes segmentos del mercado interno y que, al mismo tiempo, se encuentran fuertemente vinculados con el mercado mundial–; y, con ello, se configura y se revela el nuevo marco de relaciones de fuerzas. Se cierra con esto la primera fase de la “revolución ciudadana”[1].

1. El triunfo de Correa

Quizás por la demora en la entrega de los datos finales completos, quizás por la atención fija en la presidencia, lo cierto es que la mayor parte de lecturas que se han hecho de este proceso electoral han extraído sus conclusiones básicamente de los resultados para la presidencia. Esas cifras muestran, por un lado, el amplio triunfo obtenido por el gobierno y, por otro lado, las vías de recomposición de la derecha tradicional.

Resultados nacionales

%            Total                    Hombres          Mujeres

MPAIS RAFAEL CORREA DELGADO 51,99 3.584.979 1.779.506 1.805.473
PSP LUCIO GUTIERREZ 28,24 1.947.227 976.427 970.800
PRIAN ALVARO NOBOA 11,40 786.339 393.652 392.687
RED/MIPD MARTHA ROLDOS BUCARAM 4,33 298.710 103.118 195.592
MTM CARLOS SAGNAY DE LA BASTIDA 1,57 108.224 55.178 53.046
MTF MELBA JACOME 1,35 93.252 38.334 54.918
MITS DIEGO DELGADO JARA 0,63 43.395 24.714 18.681
MIJS CARLOS GONZALEZ ALBORNOZ 0,49 33.823 18.609 15.214

Tomado de www.cne.gov.ec, al igual que los cuadros que vendrán en las páginas siguientes.  Dadas las diferencias notables entre los candidatos que ocuparon los dos primeros lugares respecto a los otros, en lo siguiente nos remitiremos a los datos comparativos de la votación de Correa y de Gutiérrez.

En efecto, Correa ganó en primera vuelta, con casi el 52% de los “votos válidos”[2]. Un hecho así no se había producido en el país desde que la constitución de 1978 estableció la necesidad de una segunda vuelta electoral si ningún candidato superaba el 50% de la votación. Reformas posteriores establecieron la salvedad de que la segunda vuelta sería innecesaria si el candidato triunfador superaba el 40% de los votos válidos y lo distanciaban de su inmediato seguidor más de 10 puntos porcentuales. Tampoco eso había ocurrido. Pero ahora las votaciones le dieron a Correa más del 50% de votos y una diferencia de 24 puntos sobre Lucio Gutiérrez.

Cabría recordar que en las elecciones de 2006 Correa quedó segundo en la primera vuelta con algo menos de 23% de la votación contra casi un 27% de Noboa; en la segunda vuelta, Correa obtuvo 56% contra 43% de Noboa. Pero otro dato más significativo es la pérdida acelerada de credibilidad y respaldo de los últimos gobiernos elegidos; Sixto Durán Ballén (el último elegido en completar su mandato antes de la elección de Correa) culminó su período con una credibilidad de 9%; Bucaram, luego de tan sólo 6 meses, contaba al caer con el respaldo de apenas el 7%); Mahuad llegó al 6% luego de la  crisis bancaria. Quizás la única excepción haya sido Lucio Gutiérrez, cuya popularidad a la baja se recompuso en algo luego de su enfrentamiento con Febres Cordero (y su alianza con Noboa y Bucaram)[3].

De manera que el triste consuelo de la derecha no sólo carece de fundamento, sino que raya en el ridículo; según ellos, Correa debería considerarse prácticamente perdedor porque, tratándose de un presidente en funciones que contaba con todos los recursos del poder, obtuvo apenas un poco más del 50%.

“Hay esperanza”, titulaba el periodista de oposición Carlos Vera su editorial del 30 de abril en el diario El Comercio, repitiendo argumentos que había expresado en un panel televisivo en Teleamazonas, conducido por Jorge Ortiz (otro periodista opositor), el mismo día de las elecciones. “Aquí bastaron 6 meses: el 11% que apenas rechazó la tesis de Correa por el sí en noviembre pasado [se refiere al referéndum aprobatorio de la nueva Constitución, M.U.] se cuadruplicó –creció cuatro veces más– en contra de sus propuestas y continuidad durante estas elecciones. ¡Casi 48% del Ecuador no está con Correa! Fíjense que ni siquiera digo en contra; simplemente no vota por él (y eso considerando solo votos válidos). Extraordinario. Repunte inédito. Eso es lo verdaderamente histórico en estas elecciones y no el festejo histérico de unos cuantos acólitos celebrando el triunfo en primera vuelta de un candidato, como si el Ecuador fuese candidote al ignorar su abuso del poder; el uso del avión presidencial para visitar varias provincias en un día; la violación de cualquier restricción legal, sin pedir licencia para el cargo ni prescindir de su sueldo. Aunque no se lo exigiese la Constitución, se lo imponían la ética que tanto pregona y el decoro del cual –es obvio- carece. Ganar así es una vergüenza. Que solo 1% más de la mitad de los ecuatorianos vote por Correa, y no lo hagan el 70% que aprueba su gestión ni el 63% que cree en su palabra, es  alerta esperanzadora.” .

http://www.elcomercio.com/solo_texto_search.asp?id_noticia=176576&anio=2009&mes=4&dia=30

De este modo, Correa  y Alianza País lograron un amplio respaldo para la continuidad de su proyecto político, que reafirma en las elecciones su carácter hegemónico –más aún si consideramos el amplio respaldo obtenido entre los sectores populares.

Sin embargo, también es cierto que la “revolución ciudadana” ha perdido adherentes, si comparamos las elecciones del 26 de abril con las elecciones para conformar la Asamblea Constituyente; entonces, Alianza País llegó a obtener una cómoda mayoría, mientras que hoy necesitará acuerdos y alianzas con otras agrupaciones para asegurar la mayoría en la nueva Asamblea Nacional. Y cierto es que encuentra dificultades para expandirse a nivel de los gobiernos locales, a pesar de alianzas más bien oportunistas con caudillos locales provenientes de todas las gamas del espectro político.

«‘Partidocracia’, la base y eje del movimiento gobiernista», titulaba El Universo el domingo 29 de marzo de 2009: “Decenas de candidatos a alcaldes, prefectos y asambleístas inscritos  en el movimiento gobiernista PAIS son de la criticada “partidocracia”. Son caudillos en sus provincias. Empresarios o dirigentes, que al menos  en un 90% están entre las personas de mayor poder económico en sus localidades. Y, aunque  estuvieron vinculados a los partidos Roldosista, Social Cristiano, Sociedad Patriótica y Prian, a los que   el presidente Rafael Correa denomina “partidocracia”, hoy son candidatos por el movimiento gobiernista, PAIS”. Lo propio ocurrió con antiguos militantes o adherentes de los partidos y movimientos de izquierda, MPD, socialistas, Pachakutik, aunque la lista es menos numerosa. http://www.eluniverso.com/2009/03/29/1/1355/224DEBE813E74BACA6EE756E496781F5.html

Alianza País obtiene 10 de las 24 prefecturas provinciales (entre ellas las de Pichincha y Azuay), y 71 de las 221 alcaldías (entre ellas las de Quito y Cuenca); pero pierde la prefectura del Guayas y la alcaldía de Guayaquil (a pesar de que Correa gana tanto en Guayas, con 44,6%, como en Guayaquil, con 40,8%).

Por fin, el escaso apoyo obtenido por la izquierda extragubernamental y por la antigua centroizquierda deja ver que, por ahora al menos, Correa ha logrado absorber casi toda la representación electoral de esas corrientes en el espacio nacional (a nivel local las cosas sin embargo son distintas).

Hacia adelante se vislumbra una estabilización de la “revolución ciudadana”; parecería que las únicas nubes en el horizonte las proporcionará la crisis mundial.

2. La recomposición de la vieja derecha

Las elecciones, así como mostraron la vigencia de la nueva hegemonía del capital, dejaron ver las vías de recomposición de la vieja derecha que, por el momento, parecen reducirse a dos: por un lado, la representación imperfecta y tolerada en Lucio Gutiérrez; por otro lado, los intentos de constituir un movimiento electoral “ciudadano” de derechas.

El garrote al servicio de las oligarquías…

Lucio Gutiérrez obtuvo más votos que cuando pasó a la segunda vuelta electoral para derrotar a Álvaro Noboa en el 2002, y tuvo votaciones muy altas en la Amazonía (región en la que triunfó en 4 de las 6 provincias, incluyendo las zonas petroleras del norte amazónico) y en las provincias de la sierra central, en algunas de las cuales superó a Correa. Consolida, así una base tanto social cuanto territorial, aspecto de importancia geopolítica, lo que debe ser tomado en cuenta, considerando la formación militar de Gutiérrez y la reciente experiencia del boycot de la media luna boliviana a Evo Morales.

Sin embargo, es mucho decir que Gutiérrez haya quedado posicionado como la figura principal de la oposición. La derecha había estado actuando unificada desde inicios de este gobierno, y profundizó sus acuerdos durante la Asamblea Constituyente. Si las ambiciones particulares no le permitieron presentar un candidato único para la presidencia, era evidente que al final trataría de evitar el triunfo de Correa en una sola vuelta y se volcaría a favor del más opcionado entre ellos. Y resultó ser Gutiérrez, beneficiado entonces del “voto útil” conservador; conque buena parte de su votación es prestada.

Dos datos pueden servirnos como ejemplo. Primer ejemplo: en las últimas semanas, las encuestas más serias mostraban una caída constante de la intención de voto por Noboa, al mismo ritmo que se incrementaba la de Gutiérrez: el trasvase era evidente. Segundo ejemplo: Gutiérrez obtuvo en la provincia del Guayas cerca de 30% de la votación; su lista de asambleístas, en cambio, apenas sacó 6%. Allí, en las elecciones para asambleístas, la alianza PSC-Madera de Guerrero[4] –que no había presentado candidatos a la presidencia– lideró la votación con casi 35%. También acá la transferencia de votación es clara.

Por otra parte, los éxitos de Sociedad Patriótica, el partido de Gutiérrez, se vuelven más modestos si atendemos a la conformación de los gobiernos locales, e incluso de la Asamblea, pese a que constituirá la segunda fuerza parlamentaria.

De cualquier manera, Gutiérrez se beneficia de un voto popular no despreciable. Su alta votación en las provincias de mayores índices de pobreza y más abandonadas estuvo acompañada por una votación significativa en las parroquias urbanas de mayor presencia popular. Probablemente esté recogiendo dos tipos de votación diferente: por una parte, entre los sectores más pobres del campo y de las ciudades (una porción, aunque importante, minoritaria, pues la mayoría ha votado por las candidaturas del gobierno). Por otra parte, entre capas de la pequeña burguesía “informal” de las ciudades, tanto de sus segmentos bajos como de los medios.

Luego de las elecciones, Gutiérrez ha utilizado un lenguaje de fuerte confrontación. Pese a las grandes diferencias de votos, ha insistido en que hubo fraude, se ha negado a reconocer los resultados y ha amenazado con movilizaciones sociales, su gente ha participado, junto a socialcristianos, prianistas y roldosistas en verdaderos shows televisivos denunciando supuestas manipulaciones de resultados[5], y luego ha anunciado que nombraría un “gabinete en las sombras”.

“El ex candidato opositor Lucio Gutiérrez amenazó con desconocer y resistir en las calles al gobierno ecuatoriano si no se repiten las elecciones” pues, según él, en ellas hubo fraude. http://www.elcomercio.com/noticiaEC.asp?id_noticia=276364&id_seccion=3, lunes 11 de mayo, 15:21.

“Hemos convocado a formar un gran frente de unidad nacional, hemos convocado a formar un gabinete en la sombra, de tal manera que presente propuestas, alternativas para resolver los grandes problemas del país”, dijo Gutiérrez en entrevista al canal Ecuavisa el 19 de mayo (http://www.eluniverso.com/2009/05/19/1/1355/F627E8B74B7443C8BA91DAC66891CDB3.html).

Si de desestabilizar se trata, Gutiérrez puede sin duda contribuir con la empresa.

Ese es el capital que Gutiérrez pone en juego para negociar con las oligarquías; a fin de cuentas, él quiere mostrarse como el único capaz de defender sus intereses colectivos frente a cualquier propuesta de cambio. Tiene votos y tiene una organización política nacional, cosas, ambas, en las que la derecha y la burguesía neoliberal resultan deficitarias. Estas elecciones muestran que su oferta será aceptada si el antiguo bloque de poder no consigue dotarse de algún instrumento propio. Aceptada y bendecida; ¡cómo no mencionar el público respaldo que a su candidatura diera el arzobispo de Guayaquil, Antonio Arregui, cabeza del Opus Dei, recibiéndolo nada menos que en la propia catedral!

“El candidato a la Presidencia Lucio Gutiérrez se reunió ayer en la mañana con el monseñor Antonio Arregui y Pedro Medina, representantes de la Iglesia Católica y de los Evangélicos Laicos del Ecuador, respectivamente, en la Catedral de Guayaquil. Ellos le manifestaron el respaldo de esas iglesias a su candidatura, porque comparten con su plan de gobierno”. “Lucio Gutiérrez aseguró que defenderá todos los principios tal como señala las religiones y que serán respetadas en su gobierno. «Este es el compromiso con el pueblo cristiano»”.  (El Comercio, sábado 18 de abril de 2009, c1 p. 4).

Para los movimientos populares, se trata de un peligro en ciernes: es un proyecto de desarmar y desconstituir la organización social en nombre de los intereses de las oligarquías que gobernaron para imponer el modelo neoliberal. Y que para ello pretende (y puede) usar la movilización social.

… o un “movimiento ciudadano” de derechas

Pero Gutiérrez es solamente su segunda carta. A fin de cuentas, ni es un elemento salido de sus filas ni es muy de fiar. La derecha podrá auparlo en caso de necesidad, como un garrote a su servicio. Sin embargo, preferirá contar con instrumentos propios.

La otra vía posible de recomposición para la derecha es la ensayada en estas elecciones por el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, reelecto con un amplísimo margen. Las formaciones políticas del stablishment, sobre todo aquellas que han sido (así sea intuitivamente) reconocidas como tales por el pueblo, no tienen ya mayores posibilidades electorales, a pesar de cierto repunte experimentado por el partido Socialcristiano, como de costumbre gracias a la fuerte votación obtenida en Guayaquil (y en Guayas); sólo que, como de costumbre, sus resultados en otras provincias son limitados.

Por otra parte, las nuevas formaciones políticas de derecha quedaron relegadas. Aún cuando obtendrán algún asambleísta, si persisten serán largamente minoritarias; inútiles por tanto, para disputar electoralmente el poder perdido.

En cambio, el experimento de Nebot en Guayaquil resultó exitoso: muestra que la vieja derecha puede reciclarse, aparecer como (o junto a) un movimiento “ciudadano”, amplio, centrado en reivindicaciones locales, y recuperar posiciones. La formación para la ocasión del movimiento Madera de Guerrero[6] fue en realidad tentada ya con anterioridad: no es el momento de los partidos, sino de los movimientos ciudadanos, decía Nebot antes incluso de las elecciones para la Asamblea Constituyente. Las pujas con la Asamblea mostraron que las identidades locales podían ser eficazmente concentradoras y que podían movilizarse para proteger el dominio político de las derechas.

El proceso electoral reciente mostró, además, el afán de colaboración entre las distintas fuerzas de la derecha: si no podían presentar candidaturas únicas, podían, por lo menos, repartirse espacios: Nebot y su movimiento presentaron candidaturas para la alcaldía de Guayaquil y la respectiva lista de concejales; Sociedad Patriótica, en alianza con Uno, se quedan con la prefectura del Guayas para Jimmy Jairala, un ex presentador de televisión que hace poco rompió con el PRE y había formado un movimiento propio, Centro Democrático. Socialcristianos y Madera de Guerrero presentaron listas conjuntas para asambleístas provinciales. El PSC presentó listas para asambleístas nacionales. El PSC parece dispuesto a ceder espacios visibles en bien de los intereses generales de la derecha neoliberal.

3. El carácter social del voto

Como en las elecciones anteriores, las clases sociales tendieron a expresarse diferenciadamente. En general, los sectores acomodados se volcaron hacia Noboa y Gutiérrez; los sectores populares votaron mayoritariamente por Correa, pero también lo hicieron en número no pequeño por Gutiérrez. De igual modo, las clases medias parecen haberse dividido fundamentalmente entre Correa y Gutiérrez, aunque Noboa y Martha Roldós obtuvieron entre ellas algún respaldo.

Así, por ejemplo, en Guayaquil, aunque la votación de Correa es relativamente menor que en el conjunto del país, de todas formas supera a Gutiérrez con 12 puntos.

%            Total                    Hombres          Mujeres

MPAIS

RAFAEL CORREA DELGADO

40,81

450.391

240.735

209.656

PSP

LUCIO GUTIERREZ

28,23

311.545

147.418

164.127

En esa ciudad, en la céntrica parroquia 9 de Octubre, Correa y Gutiérrez quedaron casi igualados, con una ligera ventaja para este último.

%            Total              Hombres       Mujeres

PSP

LUCIO GUTIERREZ

36,71

3.747

1.786

1.961

MPAIS

RAFAEL CORREA DELGADO

35,10

3.582

2.028

1.554

Pero en la parroquia Febres Cordero, lugar de residencia de sectores populares, el triunfo de Correa fue amplio.

%              Total                    Hombres          Mujeres

MPAIS

RAFAEL CORREA DELGADO

43,33

99.190

53.754

45.436

PSP

LUCIO GUTIERREZ

23,43

53.639

26.546

27.093

E igual cosa ocurrió en Ximena, también parroquia popular.

%            Total                      Hombres          Mujeres

MPAIS

RAFAEL CORREA DELGADO

41,56

102.898

54.654

48.244

PSP

LUCIO GUTIERREZ

26,52

65.674

30.812

34.862

En cambio, en La Puntilla, del vecino cantón Samborondón, donde viven los sectores más acaudalados, la tendencia fue exactamente la contraria.

%            Total                           Hombres          Mujeres

PSP

LUCIO GUTIERREZ

70,70

5.743

2.406

3.337

MPAIS

RAFAEL CORREA DELGADO

12,22

993

523

470

Las clases dominantes y los ricos votaron masivamente por alguien que les ofrece oficiar de guardaespaldas y rompehuelgas, y defenderlos contra el temido peligro de que la espantable transformación llegue para amenazarlos desde cualquier orilla.

Sea o no cierta, una carta publicada el 6 de mayo en el diario guayaquileño Extra expresa adecuadamente de lo que se trata: “Lucio […] debería saber que miles de ecuatorianos, yo entre ellos, votamos por él, pero no precisamente porque le tenemos mucha simpatía, sino porque creímos que él se había convertido en la principal figura política contra Correa en las recientes elecciones, descartado Álvaro Noboa -quien estimo que hizo una muy pobre campaña- y Martha Roldós, que aparecía como más izquierdista que el mismísimo Correa; y como tuvo como binomio al cura Delgado, era como para asustarse… En La Puntilla (cantón Samborondón) Lucio ganó con el 70% de los votos, porque ese es el porcentaje de la reacción contra Correa entre los que él llama «pelucones». Si asoma otro candidato mejor que Lucio, por él nos iremos”.

Más o menos lo mismo ocurrió en Quito, donde Correa obtuvo un triunfo muy amplio, superando a Gutiérrez con casi 40 puntos.

%            Total                    Hombres          Mujeres

MPAIS

RAFAEL CORREA DELGADO

58,08

660.290

318.455

341.835

PSP

LUCIO GUTIERREZ

19,87

225.937

113.125

112.812

En la parroquia Benalcázar, situada al norte de la ciudad (donde hay una mayor presencia de clases medias y sectores “acomodados”), el porcentaje de votos de Correa disminuye sensiblemente, subiendo la votación de Gutiérrez y, más todavía la de Noboa (que tuvo 10% en Quito, pero llega a 17% en esta parroquia).

%            Total                    Hombres          Mujeres

MPAIS

RAFAEL CORREA DELGADO

43,64

23.231

10.905

12.326

PSP

LUCIO GUTIERREZ

25,72

13.689

6.670

7.019

Un comportamiento similar se observa en la cercana parroquia de Cumbayá, donde a partir de 1990 se trasladaron sectores de ingresos medio altos y altos.

%            Total                    Hombres          Mujeres

MPAIS

RAFAEL CORREA DELGADO

46,68

6.680

3.224

3.456

PSP

LUCIO GUTIERREZ

27,85

3.985

1.939

2.046

Por el contrario, en las parroquias donde predominan los sectores populares,  por ejemplo en Chillogallo, al sur de la ciudad, o Calderón, al norte, zona de expansión popular la votación de Correa se incrementa claramente, siendo 15 y 18 puntos porcentuales superior a la que obtiene en las parroquias de otra condición social.

Chillogallo                                                                                                                                           %            Total                    Hombres          Mujeres

MPAIS

RAFAEL CORREA DELGADO

61,07

98.533

47.273

51.260

PSP

LUCIO GUTIERREZ

21,69

34.993

17.286

17.707

Calderón

%

Total

H

M

MPAIS

RAFAEL CORREA DELGADO

63,72

29.252

13.850

15.402

PSP

LUCIO GUTIERREZ

16,16

7.418

3.796

3.622

Todavía, como se ve, amplias capas de los sectores populares identifican el cambio con Correa, y eso se ha expresado en un nuevo respaldo electoral. Con esta, ya son cinco elecciones sucesivas en las que, a lo largo de estos últimos dos años y medio, el presidente se ve favorecido con el respaldo popular expresado en las urnas (segunda vuelta electoral de 2006, plebiscito para convocar a la Asamblea Constituyente, elección de asambleístas, referéndum aprobatorio de la nueva Constitución y elecciones generales). Correlativamente, entre las clases dominantes es igualmente evidente la animadversión por Correa, cuyo reformismo es visto, poco más o menos, como el peligro comunista.

4. El voto indígena[7]

El voto indígena estuvo en el centro de muchos debates posteriores al 26 de abril. El dato: en las provincias de mayor presencia indígena, la votación de Gutiérrez creció a expensas de la (posible) votación de Correa.

“Hablemos claro: importantes sectores indígenas han votado contra el Presidente Correa y las listas de Alianza País, y a favor de Lucio Gutiérrez y las listas de Sociedad Patriótica. Así lo revelan los altos porcentajes de votación obtenidos por Gutiérrez en las provincias de gran población indígena y los triunfos de Sociedad Patriótica en Cañar y algunas provincias orientales. Esto debe analizarse con atención. De una parte, nos muestra la capacidad organizativa de la CONAIE, pero también la desorientación política de su dirigencia, que, al verse marginada del poder, terminó respaldando bajo la mesa a la peor de las opciones políticas, aunque públicamente decía respaldar a Roldós”. Jorge Núñez: “La revolución como praxis”, artículo de opinión en el diario público El Telégrafo el 29 de abril (http://www.eltelegrafo.com.ec/opinion/columnista/archive/opinion/columnistas/2009/04/29/La-revoluci_F300_n-como-praxis.aspx).

Pero la realidad es mucho más compleja que eso. Como dice Núñez, “debe motivarnos el hecho de que se opongan o resistan a la revolución ciertos sectores sociales tradicionalmente explotados, marginados y excluidos”; pero el camino de la fácil simplificación no ayuda a comprender las cosas porque anula todo examen serio de la realidad.

Hablemos claro: no solamente importantes sectores indígenas “votaron contra Correa y a favor de Gutiérrez”. El argumento de la votación de provincias con gran porcentaje de población indígena resulta cuando menos insuficiente si se observan con detenimiento los datos.

1) Esas provincias, como todo el mundo sabe, no están pobladas únicamente por indígenas, y el comportamiento electoral que causa preocupación se produjo tanto en cantones con mayor población indígena cuanto en cantones mayoritariamente urbanos y mestizos.

2) En algunas de esas provincias, como Cotopaxi, Correa triunfa aunque por escaso margen; pero en su capital, Latacunga –de preeminencia mestiza–quedan igualados. Por otra parte, mientras en unos cantones mayoritariamente indígenas perdía Correa, en otros obtenía triunfos relativamente amplios. Un comportamiento similar se produjo en las parroquias urbanas mestizas.

En la provincia de Cotopaxi:

%            Total                    Hombres          Mujeres

MPAIS

RAFAEL CORREA DELGADO

45,44

89.628

43.827

45.801

PSP

LUCIO GUTIERREZ

43,98

86.733

43.358

43.375

En Latacunga:

%            Total                    Hombres          Mujeres

MPAIS

RAFAEL CORREA DELGADO

43,78

39.528

18.878

20.650

PSP

LUCIO GUTIERREZ

43,56

39.332

18.862

20.470

En las parroquias urbanas San Buenaventura y San Felipe:

San Buenaventura

%            Total                    Hombres          Mujeres

MPAIS

RAFAEL CORREA DELGADO

45,83

1.253

610

643

PSP

LUCIO GUTIERREZ

44,11

1.206

563

643

San Felipe

%            Total                    Hombres          Mujeres

PSP

LUCIO GUTIERREZ

45,92

7.114

3.415

3.699

MPAIS

RAFAEL CORREA DELGADO

41,02

6.354

3.094

3.260

En las parroquias rurales de Toacaso y Mulaló, de mayor presencia indígena:

Toacaso

%            Total                    Hombres          Mujeres

PSP

LUCIO GUTIERREZ

47,48

2.201

1.136

1.065

MPAIS

RAFAEL CORREA DELGADO

43,87

2.034

991

1.043

Mulaló

%            Total                    Hombres          Mujeres

MPAIS

RAFAEL CORREA DELGADO

47,28

2.224

1.009

1.215

PSP

LUCIO GUTIERREZ

43,43

2.043

995

1.048

Consideraciones parecidas podrían hacerse respecto de la provincia de Bolívar. Allí triunfa Gutiérrez, igual que en Guaranda, su capital; pero en parroquias indígenas de ese cantón, gana Correa. Sin embargo, en otros cantones de fuerte presencia indígena, la mayoría favoreció a Guitiérrez.

En la provincia de Bolívar:

%            Total                    Hombres          Mujeres

PSP

LUCIO GUTIERREZ

53,01

48.059

24.681

23.378

MPAIS

RAFAEL CORREA DELGADO

37,48

33.973

16.810

17.163

En Guaranda:

%            Total                    Hombres          Mujeres

PSP

LUCIO GUTIERREZ

45,90

18.572

9.719

8.853

MPAIS

RAFAEL CORREA DELGADO

41,82

16.921

8.452

8.469

En Guanujo, parroquia urbana de Guaranda:

%            Total             Hombres          Mujeres

PSP

LUCIO GUTIERREZ

51,51

5.466

2.954

2.512

MPAIS

RAFAEL CORREA DELGADO

39,75

4.218

2.145

2.073

En Salinas, parroquia rural de Guaranda, de importante presencia indígena:

%            Total                Hombres    Mujeres

MPAIS

RAFAEL CORREA DELGADO

51,17

812

407

405

PSP

LUCIO GUTIERREZ

39,95

634

362

272

Igual que en Simiátug, de similares características:

%            Total                       Hombres    Mujeres

MPAIS

RAFAEL CORREA DELGADO

62,64

2.066

1.078

988

PSP

LUCIO GUTIERREZ

23,98

791

485

306

Entonces, ¿qué significa esa referencia a los indígenas? Dígase, por de pronto, que parece ser necesario profundizar un poco más los análisis…

3) Por otra parte, en provincias de fuerte población indígena, en las que los resultados fueron muy apretados, como Chimborazo, ocurre que en cantones indígenas en los que Pachakutik obtuvo triunfos (Colta, por ejemplo), la votación de Correa fue porcentualmente más alta que en la propia ciudad de Riobamba, muy poco indígena hasta donde sabemos (igual si comparamos Cañar y Azogues); además, en otros cantones del país de fuerte presencia de la Conaie (como Cayambe) hay también una alta votación por Correa. Entonces, ¿qué se pretende explicar con semejantes referencias a la Conaie?

En la provincia de Chimborazo:

%            Total                    Hombres          Mujeres

PSP

LUCIO GUTIERREZ

42,95

93.609

45.876

47.733

MPAIS

RAFAEL CORREA DELGADO

42,61

92.852

46.762

46.090

En su capital, la ciudad de Riobamba:

%            Total                    Hombres          Mujeres

MPAIS

RAFAEL CORREA DELGADO

42,11

48.475

23.669

24.806

PSP

LUCIO GUTIERREZ

39,96

45.991

21.601

24.390

En la parroquia urbana Maldonado:

%                     Total      Hombres          Mujeres

MPAIS

RAFAEL CORREA DELGADO

41,24

7.886

3.758

4.128

PSP

LUCIO GUTIERREZ

38,66

7.392

3.376

4.016

En Punín (parroquia rural de Riobamba):

%             Total          Hombres   Mujeres

PSP

LUCIO GUTIERREZ

49,66

1.606

797

809

MPAIS

RAFAEL CORREA DELGADO

38,06

1.231

627

604

Pero en Pungalá, también parroquia rural de Riobamba:

%            Total                H              M

MPAIS

RAFAEL CORREA DELGADO

46,50

1.250

649

601

PSP

LUCIO GUTIERREZ

42,45

1.141

624

517

En Colta, cantón en que por primera vez Pachakutik obtiene la alcaldía:

%            Total            Hombres          Mujeres

MPAIS

RAFAEL CORREA DELGADO

46,70

10.071

5.403

4.668

PSP

LUCIO GUTIERREZ

42,25

9.110

4.846

4.264

En Cayambe (provincia de Pichincha, con una presencia histórica del movimiento indígena desde la década de 1930, pero con una fuerte presencia mestiza en la cabecera cantonal, y desde hace unos años articulada económicamente al negocio de la exportación de flores):

Todo el cantón:

%                   Total                 Hombres          Mujeres

MPAIS

RAFAEL CORREA DELGADO

61,40

24.024

11.576

12.448

PSP

LUCIO GUTIERREZ

22,47

8.792

4.534

4.258

Cayambe, la cabecera cantonal:

%            Total                    Hombres          Mujeres

MPAIS

RAFAEL CORREA DELGADO

57,99

13.013

6.280

6.733

PSP

LUCIO GUTIERREZ

22,87

5.131

2.626

2.505

La parroquia Cangahua, mayoritariamente indígena:

%            Total               Hombres     Mujeres

MPAIS

RAFAEL CORREA DELGADO

70,05

3.237

1.599

1.638

PSP

LUCIO GUTIERREZ

18,59

859

485

374

Y Olmedo-Pesillo, también de mayoría indígena:

%              Total           Hombres     Mujeres

MPAIS

RAFAEL CORREA DELGADO

76,76

2.745

1.314

1.431

PSP

LUCIO GUTIERREZ

13,56

485

267

218

Podríamos seguir poniendo ejemplos; basten por ahora los ya indicados.

¿Qué nos dice todo esto? Que no son suficientes las pretendidas explicaciones unívocas, unidimensionales, unidireccionales. Hay muchos factores, económicos, sociales, organizativos, políticos, muchos de índole local que están influyendo en los comportamientos electorales de los indígenas. Que el movimiento indígena es inherentemente diverso, y que, además, está atravesando actualmente por un proceso de diferenciación y de sedimentación de posiciones y tendencias: nada nuevo, claro; sólo que a veces se pasa por alto.

Por último, también es cierto que, 4) la votación contra Correa es muy significativa en aquellas provincias a las que pertenecen los sectores indígenas más golpeados y atacados por el régimen (Cotopaxi, Tungurahua); y, 5) que en algunos cantones (Penipe, provincia de Chimborazo), donde el gobierno invirtió muchos recursos y esfuerzos, el resultado le fue ampliamente adverso.

Pero, más allá de lo electoral, la discusión en torno al voto emitido por los indios el 26 de abril sirve de vehículo para un debate sobre la caracterización política del movimiento indígena, un tema que ya venía presentándose desde antes, aunque no con la suficiente profundidad, y que se ha reavivado tras el triunfo de Alianza País en el 2006 y, sobre todo, con las conflictivas relaciones entre el gobierno y la Conaie.

Cometamos, por nuestro lado, también el pecado de la simplificación. Se observa, en estos últimos tiempos, un doble origen de este tipo de críticas respecto al movimiento indígena. Por un lado, de políticos e intelectuales izquierdistas que, vinculados o no con sectores anteriormente cercanos al movimiento, han ido perdiendo lazos espirituales y políticos con él, acercándose, en cambio, al “ancho cauce” de la “revolución ciudadana”. Para ellos, el movimiento indígena no es de izquierda, comparado con la “izquierda moderna”, o posible, que se expresa en Correa, porque priorizaría sus intereses y prebendas particulares, de grupo e individuales, se habría vuelto indigenista, se dejaría guiar por el resentimiento y habría perdido la perspectiva general de la transformación.

Por otro lado, en cambio, aquellos sectores, igualmente intelectuales y políticos, que se sitúan (o pretenden hacerlo) en las antípodas del proyecto gubernamental. Para ellos, compartiendo algunas de las opiniones ya indicadas, el movimiento indígena habría perdido potencialidades revolucionarias pues habría sucumbido a los cantos de sirena de los proyectos de desarrollo y de la cooptación institucional.

A nuestro modo de ver, estas visiones carecen de un análisis real del movimiento real; pero apuntan un debate central. Sólo que, por el modo y la tonalidad con que lo presentan, lo que debería ser el inicio de una discusión es convertido en la clausura sumaria de todo debate. Es necesario reabrirlo para que los prejuicios no terminen por nublar los entendimientos y construyan nuevos fantasmas, que serán enormemente perjudiciales para las posibilidades de transformación social en el Ecuador.

5. Los votos nulos y blancos

¿Qué ocurrió en estas elecciones con el ausentismo y los votos nulos y blancos? El ausentismo se mantuvo en los niveles “históricos”, alrededor del 24%: 26% entre los hombres y 23% entre las mujeres. Puede sonar demasiado, pero entre nosotros no sabemos muy claramente qué significa el ausentismo: entre la automarginación y la migración caben aún muchas posibilidades. Es un nivel similar al observado en los últimos procesos electorales. Lo que no deja de ser significativo, si tomamos en cuenta el incremento del padrón electoral, sobre todo el aumento de votantes opcionales: los adolescentes de 16 a 18 años.

Los votos blancos y nulos, por su parte, llegan casi al 13%. Pero acá se encuentra un comportamiento muy distinto en las áreas urbanas y en las zonas rurales, así como entre las provincias de mayor desarrollo económico y las provincias más pobres.

En efecto, en las provincias de Pichincha, Guayas, Azuay, El Oro (igual que en las 2 provincias de creación reciente, Santo Domingo de los Tsáchilas y Santa Elena), entre otras, se presentan índices de votos nulos y blancos menores o iguales al promedio nacional: desde el 13% de Azuay hasta el 8.8% de Pichincha. En cambio, en las provincias postergadas de la costa y de la sierra, los votos blancos y nulos se incrementan notablemente (más de 16% en Cañar, más de 17% en Chimborazo, más de 18% en Bolívar y Cotopaxi, 19% en Esmeraldas…), o en aquellas donde existe una amplia población campesina poco atendida (como Manabí y Los Ríos, donde los votos nulos y blancos superan el 17%).

Justamente, la mayor cantidad de votos nulos y blancos en relación con el número de votantes se encuentra en zonas campesinas e indígenas de la costa y de la sierra (en la costa, por ejemplo, en Mocache, provincia de Los Ríos, el 22,4% de los votantes sufragaron blanco y nulo. En la sierra, Colta y Guamote, en la provincia de Chimborazo, presentan índices de votos nulos entre 25 y casi 27%; Saquisilí, en Cotopaxi, supera el 24% de votos nulos y blancos. En fin, en Cangahua, Cayambe, Pichincha, más del 30% de los votos fueron blancos y nulos.

Esto nos muestra la existencia de una zona “de sombra” donde no funcionan los mecanismos de integración a la política hegemónica y a su institucionalidad: ni los “modernos”, ni los “tradicionales”, ni los “ideológicos”, ni los clientelares. Sin embargo, casi nadie habla de eso. Los votos nulos y blancos son considerados como “no válidos” por la legislación electoral ecuatoriana; y parecen haber desaparecido también del horizonte visible de las reflexiones, incluso de las izquierdas, demasiado emocionadas quizás por sus éxitos institucionales.

6. Un pequeño paréntesis sobre la izquierda

¿Y la izquierda, en todo esto? Si mirásemos únicamente los resultados presidenciales, las conclusiones serían tristes y grises. La izquierda, si vale la aparente contradicción, aparece desaparecida del escenario político nacional. Por una parte, porque Correa ha absorbido y subsumido la mayor parte de la votación posible de las izquierdas (así como absorbió la mayor parte de la votación popular).

Por otra parte, porque las fracciones de la parte de la izquierda que intentaron una participación en ese nivel terminaron errando el blanco. Una de ellas, el Polo Democrático, formó alianza con la RED de León Roldós para sostener la candidatura de Martha Roldós, pero la alianza terminó ubicándose en la centro-derecha y diferenciándose poco en su tonalidad discursiva final de la oposición de derecha propiamente dicha, a la que se le hicieron extraños guiños en los últimos días de campaña[8]. La intención de voto que concitaba fue reduciéndose sistemáticamente a medida que se acercaba el 26 de abril, y finalmente consiguió solamente un 4% de la votación. Entre los sectores populares, su aceptación fue más bien limitada, y parece haber llamado la atención sobre todo de reducidos sectores medios urbanos.

La otra presentó la candidatura del reconocido militante socialista Diego Delgado; pero se encasilló en el discurso ideológico, que puede juntar a ciertos sectores muy politizados, pero resulta insuficiente para dialogar con la conciencia de las mayorías; obtuvo apenas el 0,63% de la votación.

En conjunto, lo que ya se venía advirtiendo desde el inicio de este período: frente a gobiernos más o menos progresistas, las izquierdas pierden el rumbo –y mientras unos se desesperan por subsumirse en ellos, mirando solamente las medidas progresivas emprendidas por el régimen, o los sentidos subjetivos que se atribuyen, otros cierran los ojos al nexo que une a estos gobiernos con las expectativas populares de cambio y transformación. La izquierda se vuelve un espacio vacío y facilita su colonización por los proyectos de reforma capitalista.

Pero esto sólo muestra –a Dios gracias– una cara del asunto. La otra cara se expresa con cierta dificultad, pero aún con fuertes reservas de intuición política, a nivel local. Tanto el Movimiento Popular Democrático como Pachakutik lograron mantener, incluso extender, sus espacios. El MPD lo hizo poniéndose a la sombra de Correa, cuya candidatura presidencial apoyó “críticamente”. Pachakutik corrió solo, sin el auxilio de una candidatura presidencial exitosa.

Pachakutik, sobre todo, mostró, pese a todas las limitaciones políticas y orgánicas, que aún se sustenta en la vitalidad de las organizaciones sociales de base, especialmente del movimiento indígena, y que todavía pudo captar aunque sea una muy pequeña porción del electorado crítico de las ciudades. Sus resultados numéricos pueden incluso sorprender: gana 5 asambleístas, 5 prefecturas provinciales, 27 alcaldías y un buen número de concejalías. Su presencia se mantiene fuerte en la sierra central y en el sur de la Amazonía; ello muestra vínculos efectivos o potenciales con luchas y conflictos que pueden ser centrales en el período inmediato: la minería, la tierra y el agua.

Justo por eso se hace más notoria una seria limitación: “Su grave resultado es en el ámbito nacional”[9].
7. Hacia la segunda fase de la “revolución ciudadana”

Con el nuevo triunfo de Correa, las elecciones del 26 de abril marcaron el fin de un momento y el inicio de otro. De ahora en más, nos enfrentaremos a la consolidación de la “revolución ciudadana”, salvo que la crisis mundial indique otra cosa. Hay una nueva correlación de fuerzas, hegemonizada por el proyecto de reforma capitalista que expresan Correa y Alianza País; la derecha tradicional, en sus formas espúreas o con nuevas caras, tratará de disputar espacios, presionar al gobierno, generar niveles de desconfianza y desestabilización, a partir de las bases territoriales que ganó, sirviéndose de la grandes empresas de la prensa escrita y televisiva, y beneficiándose del respaldo cada vez más explícito (y descarado) de las cúpulas eclesiales.

En su primera evaluación del triunfo, Correa habló de la necesidad de dotarse de estructuras organizativas y ofreció “radicalizar” la “revolución” y el “socialismo del siglo 21”. Ha dado unos pasos primeros más bien simbólicos: un hotel de Guayaquil y 5 haciendas situadas en diversas provincias, todos ellos incautados por la Agencia de Garantías de Depósitos a los banqueros Isaías, han sido o están por ser vendidos a los trabajadores y campesinos.

Actos simbólicos, pero apenas un complemento menor en el proyecto de reforma capitalista. El Plan Nacional de Desarrollo, elaborado por la Secretaría de Planificación y alabado por el presidente, apunta a transformar el eje de acumulación: de la exportación de bienes primarios a la producción y exportación de servicios; si bien en un primer momento el proyecto piensa apuntalarse con el desarrollo de la minería. Nada, sin embargo, que ponga en cuestión las relaciones de propiedad. Por el contrario, el gobierno mantiene su empeño de estimular la buena salud del capital, de generar condiciones generales válidas para todas sus ramas y fracciones, y cada vez más apegado a las fracciones más modernas, aquellas que, junto a su fuerte presencia en el mercado interno, están desarrollando, si bien de reciente data, su inserción activa en los flujos globales del capital, en los mercados externos, en las sociedades con grupos capitalistas internacionales, no excepcionalmente con grupos centroamericanos, peruanos, chilenos,… Expresan los reacomodos y realineamientos del capital, las nuevas condiciones de existencia y acumulación de los capitales y, en fin, la formación de una burguesía regional.

La relación de fuerzas que se construye ante nuestros ojos se completa con lo que pueda hacerse en recomponer la presencia de los movimientos sociales y de la izquierda. Está por verse. Pero los resultados electorales, pese a todo y a los sentidos contradictorios de algunos triunfos, muestran mayores potencialidades que las que se alcanzaban a vislumbrar antes del 26 de abril.

Quito, 20 de mayo de 2009


[1] Desde diferentes ángulos y con distintos argumentos, varios analistas consideran que estas elecciones cierran un ciclo político de transición. Véase, por ejemplo, Pablo Ospina: “El fin de la transición”, CEP, Quito, mayo de 2009.

[2] La legislación electoral ecuatoriana considera “votos válidos” a los que se pronuncian positivamente por algún candidato (u opción puesta a consideración); los votos en blanco y los votos nulos se consideran “no válidos” y no cuentan para los resultados de la elección. En adelante, nos referiremos a los votos válidos, excepto cuando se indique lo contrario.

[3] Alejandro Moreano sostiene que en el Ecuador existe una base constante de una conciencia anti oligárquica; y es probable que esta haya sido la causa del repunte en la imagen de Gutiérrez, pues la gente identificó al partido Socialcristiano con la oligarquía durante una buena parte de este período iniciado con el retorno a la constitucionalidad en 1978-79, a tal punto que incluso figuras que normalmente concitan alto rechazo (como Bucaram y Noboa) pudieron aparecer como alternativas a la “trinca oligárquica” (“Pueblo contra oligarquías”, “Pueblo contra trincas”: tales, en efecto, los lemas de los primeros populismos ecuatorianos, allá por los años de 1950 y 1960).

[4] Madera de Guerrero es un movimiento creado por el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, socialcristiano, para participar en estas elecciones presentando una cara apartidista.

[5] El 8 de mayo incursionaron, junto al canal Teleamazonas, en un supuesto “centro clandestino” donde, decían, se estarían manipulando los datos electorales; pero que resultó ser un “centro de contingencia” del Consejo Nacional Electoral, cuyo funcionamiento era de conocimiento público (http://www.ecuadorinmediato.com/noticias/104272).

[6] El contenido de fuerte identidad localista es explícito: hace referencia a una canción tradicional muy popular en Guayaquil: “Guayaquileño, madera de guerrero”.

[7] Muchos de los argumentos y ejemplos expuestos aquí nos han sido sugeridos por el artículo “Triunfos y derrotas”, de Floresmilo Simbaña, publicado en El Telégrafo, 30 de abril de 2009 (ver: http://www.eltelegrafo.com.ec/opinion/columnista/archive/opinion/columnistas/2009/04/30/Triunfos-y-derrotas.aspx).

[8] Martha Roldós reivindicaba por igual las luchas campesinas antimineras como las protestas anti Correa de los hijos de la oligarquía.

[9] Floresmilo Simbaña: “Triunfos y derrotas”, cit.


Juan Paz y Miño: Empresarios y trabajadores

abril 20, 2009

pazyminoLa CEDOC (1938), artesanal y confesional, la CTE (1945), ligada al Partido Comunista y la CEOSL (1962) vinculada al “sindicalismo libre” de inspiración norteamericana, fueron las primeras centrales de trabajadores del Ecuador. Hasta los años sesenta del pasado siglo permanecieron enfrentadas por razones ideológicas. Pero en los setenta, esas centrales experimentaron singulares cambios internos y redefiniciones ideológicas, de manera que la paulatina confluencia de sus intereses clasistas, logró unirles en el FUT (1981) y plantear “plataformas de lucha” comunes.

Iniciada la época constitucional (1979), el FUT se convirtió en el protagonista central de las reivindicaciones populares. Combatió sistemáticamente a las medidas económicas de Osvaldo Hurtado (1981-1984). Realizó 4 huelgas nacionales. También enfrentó al gobierno de León Febres Cordero (1984-1988), con 7 huelgas nacionales. Y todavía hizo 4 huelgas nacionales al gobierno de Rodrigo Borja (1988-1992). Pero para entonces el FUT se desinflaba junto al derrumbe de los paradigmas de la “lucha de clases” y la desaparición del socialismo soviético. Desde 1990, el protagonismo pasó a manos del movimiento indígena.

Otros protagonistas políticos de la época (hasta hoy) fueron las cámaras de la producción. Resistieron sistemáticamente al gobierno de Hurtado al que acusaban de “comunista”. En cambio fueron el soporte de Febres Cordero, por ser el gobierno ideal de sus intereses. En la época de Hurtado, la democracia cristiana (DP), de la que provenía el presidente, postulaba el “socialismo comunitario”. El gobierno se definía como reformista y popular. Otra cosa es que la DP abandonaría después sus postulados, dando un giro total.

El gobierno de Febres Cordero, en cambio, pasa a la historia por autoritario, represor y violador de derechos, incluidos los de los trabajadores. Nunca recibió a algún dirigente sindical. Para aquel gobierno de empresarios el “consenso” o el “diálogo” no existían frente al FUT.

En la huelga nacional del 23 y 24 de marzo de 1983, adhirieron al FUT amplias organizaciones y sectores sociales, en reacción contra el nuevo “paquete” de medidas económicas de Hurtado y contra la “sucretización” de las deudas privadas, tan beneficiosa para el empresariado (sus deudas en dólares fueron convertidas a sucres y el Estado asumió el pago en dólares). Lo singular del momento fue que, por primera vez en la historia, se unieron a la huelga la Federación de Cámaras de Comercio del Ecuador y otros grupos patronales, en un “paro empresarial” para protestar contra el manejo económico y exigir un “cambio ideológico en la conducción del Estado”.

Desde esa época, la segunda vez que convergen trabajadores y empresarios en una lucha “clasista” común contra las medidas y políticas gubernamentales es la que ha ocurrido en estos días. Ambos sectores se oponen a la “mensualización” de los fondos de reserva del IESS. Pero, si se examina con perspicacia, todos los argumentos ideológicos provienen y los han ganado los empresarios. ¡Qué ironías tiene la historia!


JORGE NÚÑEZ SÁNCHEZ: ¿Vocación autoritaria?

diciembre 24, 2008


jorgenunez Tras la muerte de García Moreno, la derecha ecuatoriana se sintió tan huérfana como hoy y uno de los áulicos del tirano, el cura Matovelle, que había sido senador y beneficiario de la tiranía, escribió: “La libertad nos fastidia, el despotismo nos hace falta. Si nos dan la libertad, la arrojamos al fango del libertinaje: nuestras tradiciones, nuestros hábitos, nuestra poca cultura, nuestra falta de carácter, todo reclama la vara del despotismo.”


Tras la muerte de Febres Cordero, la derecha ha vuelto a sentir esa horrenda orfandad y desamparo de otrora. Añoran el látigo del patriarca, la vara de la tiranía. Por eso se juntan a llorar y hacen loas al difunto esos mismos que ayer se insolentaron contra el patrón que los escupía y, a veces, hasta los abofeteaba. ¿No fue su vicepresidente Blasco Peñaherrera, el de la conmovida oración fúnebre, quién hace años dijo que LFC presidía “un gobierno de hombres entontecidos por el dinero” y lo acusó de querer instituir un somozato?


Alguien dirá que el símil entre García Moreno y Febres Cordero sólo puede ser admitido en el plano político, pero no en el moral, porque el primero fue un tirano impoluto, que jamás robó fondos públicos, y el segundo, en cambio, ejercitó todos los pecados capitales. Igual parece que piensa el arzobispo de Guayaquil, quien, en un lapsus ya histórico, dijo públicamente en el sepelio de LFC: “Señor, tú que perdonaste al buen ladrón, perdona a nuestro hermano León Febres Cordero…”


En su ansia de sostener un poder que se le escapa para siempre, la derecha ecuatoriana se ha revelado más cínica que ninguna otra. La derecha chilena defendió a muerte a Pinochet frente a las acusaciones de sus enemigos, pero luego renegó del dictador, cuando se supieron sus robos de fondos públicos. Defendían a su sicario, pero despreciaban al ladrón. Nuestra derecha defiende a su caudillo sin pensar en la distancia que va del tirano al bandido. Eso la califica y la revela de cuerpo entero: es una derecha bandida, que a su hora hizo marchas para defender a los banqueros ladrones, encabezada por el inefable difunto.


Hay una cuestión que me preocupa más que los llantos de la oligarquía y su servidumbre. Es el llanto de algunas gentes del pueblo, que veían en LFC a su líder político. ¿Será que a ellos si les alcanzó el “pan, techo y empleo” que no llegó a la inmensa mayoría? ¿O esas gentes son los últimos supervivientes de la vieja cultura caudillista del agro montubio, que en el siglo pasado consagró a patrones como “El Gago” Efrén Icaza Moreno o “El Mico” Emilio Bowen Roggiero? Y menciono a estos personajes, porque el muerto se pareció más a ellos que a don Gabriel, tirano impoluto y apasionado de la unificación nacional.


Montado en caballo de paso o vestido con terno, corbata y pistola al cinto, Febres Cordero encarnó la imagen del patrón oligárquico. Una imagen a la que se rindieron muchos políticos supuestamente cultos, ante la que se prosternaron magistrados y jueces pícaros o cobardes, y que hoy ensalzan y consagran los medios de derecha, incluidos aquellos cuyos dueños fueron pisoteados en su hora por la bota del abusador.


Eloy Alfaro Reyes: El deber ser de la política de izquierda, ÚLTIMA PARTE

diciembre 18, 2008
  1. El Eje de acumulación y las estrategias para redistribuir a todo costo

Analizando las apuestas económicas del régimen, la principal gira en torno a la obtención de recursos a través de la venta de recursos naturales para producir energía que requiere el desarrollado primer mundo capitalista. Es decir que el eje de acumulación del estado ecuatoriano son los recursos naturales (petróleo, minería básicamente), que pretende usarlos para consolidar la revolución ciudadana. Recursos que serán re distribuidos a través de la educación, salud, generación de empleo. Esto si bien en lo inmediato representa un importante apoyo para conseguir los cambios sociales que el país necesita, a la larga representan un atentado para la vida de todos y todas, por los efectos ambientales que la extracción de estos recursos implican. Se requiere entonces encontrar fuentes alternativas no extractivistas que garanticen la obtención de recursos para generar beneficios sociales. Mantener el crudo en el subsuelo, en este sentido, no deja por fuera la lógica del mercado, es decir no deja de ser neoliberal, aunque a primer vista parezca ser alternativa. Lo cierto es que la venta del CO2 no elimina el mercado, lo profundiza, llevándola a lugares donde no estuvo antes, es decir pone precio incluso a la naturaleza. He ahí el desafío.

Esta apuesta a la extracción de energía que hace el gobierno -incluso de manera violenta frente a la población local afectada por la extracción energética – da cuenta que, con el objetivo de sostener el eje de acumulación, para el régimen, el fin justifica los medios. El caso Dayuma es un claro ejemplo de ello.

Hay que partir de un hecho importante, la redistribución no necesariamente es una acción socialista, pues esta – la re distribución – implica que hay un centro que distribuye algo que estuvo represado en pocos. Implica también que hay una centralidad (de cualquier tipo) que tiene el poder y define criterios de distribución propios. Las propuestas socialistas radicales, ven a la centralidad, en este caso el Estado, no como el fín para lograr las transformaciones, sino como la herramienta. De ahí que la redistribución no necesariamente sea socialista. Tampoco la re distribución es el “objetivo socialista” a lograr, pues esto implica reconocer niveles de propiedad que el socialismo excluye.

Sin embargo de ello el país ha visto y principalmente las poblaciones más vulnerables han sentido, como la plata del petróleo (que los mismos de siempre decían que no había y que servía para pagar deuda externa) o los recursos de los impuestos, o la plata producto de las exportaciones, o la plata de las empresas estatales, etc que antes se iban a alimentar los bolsillos privados, ahora son usados a favor de importantes sectores empobrecidos del país, a través de mecanismos de redistribución que se expresan en aulas escolares, más maestros, médicos en áreas rurales, bonos de vivienda, micro créditos, etc. etc. Si bien estas no son acciones socialistas, significan importantes logros.

Aun que la siguiente afirmación resulte contradictoria al argumento anterior, en un sistema capitalista y estando metidos en un modelo neoliberal, el revertir los recursos económicos hacia la población, y no hacia el mercado (léase empresarios) es ya una acción revolucionaria, que siendo bien manejada y sostenida podría avanzar a desarrollar escenarios de cambios más radicales que lleven a políticas socialistas.

A más de la extracción de recursos naturales, el gobierno le apuesta a la apertura comercial con países asiáticos como mecanismo de obtención de recursos para acciones sociales; la construcción del Eje Multi modal Manta Manaos, es una muestra de la importancia que para este gobierno tiene la política de comercio exterior. En el futuro las rutas turísticas chinas incluirán, bañarse en las playas de la mitad del mundo, comer sopa de aleta de tiburón para potenciar las capacidades (viagra oceánico) y llegar con vigor a las playas de Ipanema y Copacabana.

Tercera parte

Tres miradas, tres actores, tres perspectivas

Esta parte analiza los actores del momento que vive el país, sus límites, sus alcances y condiciones actuales y futuras para desarrollar propuesta y posicionarse. Dejamos fuera de este análisis a la iglesia, que con su rol cómplice de silencio interesado o de participación directa en gobiernos anteriores, ha tenido mucho que hacer o decir de manera pública, en el momento actual su participación requiere análisis más profundos. Al igual que la fuerza armada que a diferencia de fuerzas similares de países vecinos, la ecuatoriana participa en la vida política y desarrollo del país, en esta ocasión a través del encargo recibido por el presidente para que la Marina dirija la principal empresa de petróleos del país. es decir no pretendemos plantear en esta líneas escenarios de actuación de la fuerza armada del Ecuador, pues más allá del encargo del presidente, está se ha mostrado obediente, incluso cuando por primera vez civiles, y mujeres ocupan el cargo de ministras de la Defensa. Las miradas planteadas son las siguientes:

1. El Proceso constituyente.

El Ecuador, solamente con Correa, no viviría un momento como el que vive, un proceso constituyente. Este se caracteriza por la posibilidad que tenemos de soñar en el país que queremos y de alguna manera ser partícipes de ello. ¿Pero como se ha dado este proceso y en donde se encuentra ahora?. Hay varios momentos de este proceso constituyente:

§ el primero de ellos se dio antes de la candidatura de Correa, este fue bandera de lucha de las movilizaciones de Abril del 2005 y de movimientos barriales que sostuvieron esta postura como suya.

§ Un segundo momento, es con la candidatura de Correa a la presidencia y posterior victoria electoral.

§ Una vez en el poder, se convoca a la constituyente con un estatuto. La mayoría de organizaciones sociales de izquierda y la derecha discuten y hacen propuesta sobre los contenidos del estatuto, con más o menos éxito. Muchas propuestas ni siquiera llegan a ser oídas.

§ Aceptada la asamblea, viene el referéndum para elegir a los asambleístas. En este momento es que el gobierno encarga a las universidades la redacción de una propuesta de constitución. Otra vez las organizaciones participan en el proceso, de igual manera muchas propuestas ni siquiera llegan a la comisión.

§ El actual momento es la instalación de la Asamblea constituyente con plenos poderes y una mayoría del 80% de asambleístas, que son parte del movimiento de gobierno. La particularidad de este momento es que la asamblea tiene plenos poderes, incluso más que el presidente y a la vez tiene la posibilidad de encaminar al Ecuador en un nuevo modelo de desarrollo.

Sin embargo a la asamblea aún le falta demostrar al pueblo ecuatoriano que tienen plenos poderes. Debería por ejemplo tener posturas firmes frente a la banca (tasas de interés) y la oligarquía financiera, persecución a los evasores, prisión a los corruptos, etc. es decir afectar efectivamente al poder, haciendo que cumplan las leyes que nunca han cumplido. Ese sería un indicador de real poder que el pueblo esperaría.

En resumen de todo el proceso constituyente, me parece importante rescatar la participación de la población en todas las etapas. Que haya sido escuchada o no, es otra cosa. Y otra muy distinta es que habiendo sido escuchada, las propuestas sean recogidas e incorporadas. La propuesta encargada por el gobierno al CONESUP en ese sentido tiene una de cal y otra de arena, lo que hace de esta propuesta, una propuesta Light. Carente de radicalidad, moderna, integradora, reivindicadora pero nada radical. Por ejemplo en lo que se refiere al nuevo modelo de desarrollo la postura no difiere del modelo económico de ahora. Esperamos que los plenos poderes sean para sentar bases para los cambios radicales y definitivos.

La asamblea dejó pasar un momento importante en el cual podía mostrar un horizonte de cambio. Este momento fue la ley tributaria recién aprobada y específicamente el artículo de la herencia, en el cual se buscaba gravar con un 70% a las herencias mayores de 500 mil dólares, es decir a los herederos ricos. El fondo de este artículo es gravar lo más alto posible a la posibilidad capitalista de perpetuar la inequidad. Una persona que hereda, no sólo que recibe bienes (dinero, herramientas, casas, tierra o lo que sea), sino que además recibe cosas que fueron obtenidas dentro de un sistema capitalista, donde es legítima la explotación, donde es legítima la inequidad, etc. entonces la herencia es el reflejo de este sistema que aparentemente es eterno, se proyecta al infinito.

Esta era la oportunidad para demostrar que aquello – la propiedad/herencia – que para la oligarquía es sagrado y eterno, así como el capitalismo, no son más que mecanismos que perpetúan la inequidad. Sin embargo la asamblea cedió a las presiones y aprobó el artículo dejándolo en 35% dejando de lado el argumento político que era lo importante.

Es de esperar por tanto que esta no sea la tónica de la asamblea, que tiene en sus manos no solo la oportunidad de cambiar el modelo de desarrollo, sino de enrumbar al país hacia un horizonte socialista.

2. La organización Social y perspectivas revolucionarias.

Hay un problema de fondo que es la estructura de los sujetos sociales en lucha, en el Ecuador no se ha logrado un proceso unitario de lucha, si de confluencias por ciertos temas (caída de gobiernos, TLC, OXY, etc.) pero, no hay procesos de unidad por horizontes estratégicos. Ello ha llevado a que haya una dispersión del bloque popular que ha hecho imposible cuajar propuestas consensuadas, quizá por que se miraba a la unidad como fin y no como herramienta.

En estos últimos 10 años hemos visto como el pueblo con los sectores de izquierda (indígenas, estudiantes, obreros), no ha logrado consolidar una estrategia real para llegar y sostener el poder. Partiendo por que, el objetivo de la lucha – como fin último – ha sido la toma del poder. La caída de varios gobiernos (en 1997, 2000, 2005) por el auge de la protesta social, no significó que el pueblo y los sectores de izquierda lleguen al poder, significó la salida de presidentes y el re cambio de dirección del país de sectores oligárquicos. La lucha social por defenestrar al presidente de turno como fin último de la protesta consolidó a la derecha en el poder, pues – hemos aprendido de la peor manera que – el poder no está en la casa de gobierno.

La capacidad de lucha de los sectores de izquierda, también se evidencia en otros momentos de confluencia, como la lucha contra el TLC, la salida de la petrolera OXY o el voto en contra de Álvaro Noboa que llevó a Correa al Poder. Es decir que los sectores sociales organizados y el pueblo, han demostrado que a pesar de tener condiciones para confluir y luchar juntas en momento determinado y con ello conseguir los resultados de la lucha, no tienen ninguna capacidad de sostener el Poder o conseguir con ello mejoras en las condiciones de vida. No se ha logrado consolidar las propuestas “alternativas y anticapitalistas” de las organizaciones sociales; por ejemplo la lucha contra el TLC no implicó que el gobierno de turno asumiera las propuestas alternativas de integración planteadas, o que los réditos de la petrolera OXY fueran dirigidos para mejorar las condiciones de educación o jubilación o salud del pueblo.

En los actuales momentos las organizaciones sociales y el pueblo, entregan al Estado la potestad de hacer la transformación, cuando el estado (y sus instituciones) son el instrumento desarrollado por los pueblos para que los cambios y transformaciones se hagan. Es decir las organizaciones sociales y el pueblo al entregar “los plenos poderes” para el cambio a la institucionalidad, deja de ser protagonista –gestora- de las transformaciones. Así las organizaciones sociales ponen los muertos y ponen la lucha, pero no hacen el cambio. Esto imposibilita que se construya Poder Popular. El estado es el medio, no el fín para lograr la revolución.

3. La Derecha y sus respuestas.

El presidente y algunos ministros se han empeñado en una lucha frontal, pero por el lado más débil contra la derecha – su propuesta ideológica – de esta lucha hasta ahora está victorioso. En este sentido el golpe ha sido real y concreto, así:

  1. la reducción de una porción importante de territorio de la provincia del Guayas, principal bastión de la derecha, a través de la creación de la Provincia 23, le quita fuerza a sus propuestas autonómicas.
  2. Se ha puesto en jaque a las instituciones autonómicas del Guayas, cuestionando su legitimidad y representación, así como su nulo rol autogestor.
  3. y a través del debate sobre la circulación por el Puente de la unidad nacional se ha debelado una serie de inequidades.

La oligarquía en los actuales momentos está buscando un asidero ideológico concreto, actualmente no tiene una construcción ideológica fuerte. Muestra de ello es el discurso que pone la identidad por delante, dejando de lado el debate ideológico. El eslogan de “lo que es con Guayaquil es con migo” demuestra que la lucha no es ideológica sino por referentes subjetivos, construidos desde el poder oligárquico y por tanto funcionales a él. Es decir la derecha ha reducido la lucha política a niveles primarios, reacciona frente a impulsos. A pesar de esa aparente debilidad, la derecha también golpea con un arma importante que el gobierno no ha podido controlar, los medios de comunicación. Se estrenan medios estatales como un periódico (que casi no circula en Quito la capital), el canal estatal recién inaugurado, no tiene programación y la radio nacional del Ecuador, no ha modificado su programación en los últimos 20 años.

¿realmente está derrotada la derecha? Una ilusión que puede convertirse en espejismo es que, la perdida de las elecciones de la derecha significa destrucción del poder real. Nada más errado. La derecha perdió la iniciativa, algo que se evidencia en la asamblea constituyente. No hay nada que haga contra peso a las propuestas del bloque de gobierno, ni una propuesta de peso. Pero el Poder sigue intacto en las cámaras de comercio, de agricultura, en la banca, etc.

La debilidad ideológica de la derecha se refleja en:

El discurso de la Autonomía ha quedado tan disminuido que no hay asidero para sostenerlo y defenderlo, este discurso no mueve a la masa, si a las clases medias.

La defensa del mercado como regulador que es el principio del neoliberalismo, ya no es argumento para la defensa o construcción de una oposición coherente.

La derecha empieza a golpear con la subida de precios de productos básicos, generando desempleo, creando desinformación y victimizándose. No hay que olvidar que este tipo de acciones desestabilizaron el gobierno de Allende y casi le cuestan el puesto a Chávez. Solo falta ver hasta donde van a elevar los precios y la reacción del pueblo.

Históricamente hemos visto como la oligarquía, a diferencia de la izquierda actúa de acuerdo a los intereses de clase, como un cuerpo, y eso la hace fuerte y peligrosa. Una constatación de esa alianza de clase se está fortaleciendo, es la fusión realizada por la joven derecha ecuatoriana expresada en el movimiento UNO. No sólo eso, sino que además se junta la banca de la sierra con el Banco del Pichincha y uno de los clubes deportivos más importantes de la costa: el Barcelona de Guayaquil ligado a las cámaras de comercio y otras. Esto quiere decir que la clase como unión social está vigente y que sus representantes, se rearman para defender y actuar de acuerdo a sus intereses de clase.

Lo que viene es que la derecha a través de los medios continuará golpeando para desprestigiar al movimiento popular, la lucha social, las posibilidades de cambios y defendiendo el estatus quo y sobre todo, desprestigiando cualquier cosa que parezca socialismo o comunismo o reales posibilidades de cambio.

A pesar de esta debilidad ideológica la derecha (a través del alcalde de Guayaquil) se anota un punto importante, al jalar al gobierno a una confrontación donde los dos bandos o caudillos, buscan medir fuerzas, enfrentando pueblo contra pueblo. Hay que estar claro que el objetivo de la derecha en todo este embrollo, es mostrar al mundo un país dividido. Un país donde se discute y pelea (pueblo contra pueblo), dejando de lado el interés central, que es diseñar una nueva constitución. Constitución que la mayoría de la población quiere que sea radical y que refleje un nuevo modelo de desarrollo. Un cambio que demuestre cambios reales y no remedos.

En definitiva lo que quiere la derecha y el presidente cayó en ese juego perverso, es que el pueblo organizado obedezca al presidente y salga a respaldarlo – como el dice, “diez mil patriotas en al calle a defender el gobierno de la revolución ciudadana”- es decir se busca que el pueblo se despreocupe de lo que se discute, descuide su vigilancia de lo que se debate en la asamblea y se pase a un nivel torpe de defensa/ataque a la derecha.

Señor presidente, como ciudadanos de este país y como luchadores por la patria nueva, le pedimos que No nos convoque a salir a las calles para defender un discurso de gobierno. Este pueblo merece otro tratamiento. Ya lo dijimos en otra ocasión, — por combatir a los enemigos se hace lo mismo que el enemigo, consiguiendo con ello convertirse en él — me refiero que no podemos convocar al pueblo a confrontar a otra parte del pueblo, como fuerza de choque, esas fueron mañoserías del dictócrata y de la derecha febrescorderista.

El pueblo demanda otro tipo de respuesta del gobierno, a la altura de este pueblo que pacíficamente, pero masivamente le ha dicho a cuanto aprendiz de presidente quiso hacer lo que quería “que se vayan todos”, ese grito aún está vigente. Me parece que si la derecha grita y vocifera, es por que busca una respuesta, un eco, que le permita legitimarse y sobrevivir a la derrota política. Hacerle caso es darle aire para que sobreviva. Los abuelos decían: “a palabras necias, oídos sordos”

A la oligarquía se la derrota, en primer término políticamente como ya se hizo en las urnas, pero también cumpliendo las leyes que ella no cumple, por ejemplo cobrándoles impuestos que no pagan, enjuiciándoles por la serie de irregularidades cometidas. Es decir demostrando a la población que esta derecha, aristocrática y supuestamente “digna” está ahí en base a jugadas corruptas, en base a estrategias delincuenciales y explotadoras. En definitiva lo que se buscaría es demostrarles quienes son y con ello quitarles su respaldo popular. A la derecha hay que derrotarla como clase, de lo contrario se levantará y lo hará sin compasión.

Muchas de estas cosas el pueblo todavía no ha visto, por ejemplo no se ha cobrado a los evasores, los culpables del congelamiento bancario siguen libres, los responsables de violaciones a derechos humanos siguen impunes, etc. por ello es difícil pensar que a la derecha se la derrota enfrentándola pueblo contra pueblo.

Cuarta Parte

Conclusiones: Horizontes para la izquierda y el bloque popular.

En los próximos 4 años el Gobierno va a recuperar el Estado y hacerlo más eficiente, esa es una tarea en la que se ha empeñado y de lo que se puede ver en la propuesta de gobierno, así como en la propuesta de constitución presentada por el CONESUP, el estado al final del período presidencial será más fuerte, con mecanismos de participación más claros y dinámicos, que permitirán una inclusión de los sectores sociales importantes en el que hacer nacional.

Sin embargo este estado, al final del período de cuatro años, no ha dejado de ser capitalista. Y con ello las posibilidades de tener un estado y modelo de desarrollo socialista se alejan. Esto por que el estado tal como está diseñado y pensado se sustenta en principios capitalistas…. La libre empresa, el libre mercado, la propiedad privada, etc. Si siguen las cosas como están, es imposible pensar en un estado que cuestione las bases fundamentales del capitalismo y que con ello se plantee cambios estructurales. Queda aun por ver hasta donde puede empujar la asamblea y sobre que bases sostener aquello que empuja.

Por tanto el reto está en fortalecer y consolidar un movimiento popular que defienda las propuestas de un nuevo régimen de propiedad y un nuevo modelo de desarrollo que cuestione y cambie los fundamentos del capitalismo. Pero esto no se lo puede hacer desde un enfoque de organización solamente gremialista, la organización requiere estar efectivamente asentada en un territorio, en el cual se construya y defienda propuestas autonómicas, de carácter asambleario, poniendo en práctica el mandar obedeciendo, pero también diseñando estrategias de resistencia efectivas al capital. Se requiere también construir comunidades y territorios autogestores que sean la evidencia de que es posible el cambio, pues se concretiza en ellas.

En lo inmediato no queda otra posibilidad que no distraerse por las acciones de la derecha, sino más bien concentrarse en los mecanismos que los sectores subalternos desarrollen para radicalizar la asamblea y defender esos cambios a como de lugar.


Marcelo Medrano: …¡¡Todavía no!! [señor Febres Cordero]

diciembre 15, 2008
Marcelo Medrano
Columnista
Mi estimado articulista, le veo conmovido, casi lacrimoso,…, tenga mi pañuelo, por favor. ¿Qué le tiene tan intranquilo? Gracias, también estimado lector. Me tiene así de agitado la precaria salud del ex-presidente León Febres Cordero. Ha viajado hacia Estados Unidos y nos lo han devuelto con una salud pendiendo de un hilo… Le comprendo, señor editorialista, también me ha dado mucha pena aquello. Estos días, personajes políticos, como Jaime Nebot, han visitado al ex-presidente en su lecho de dolor y deben haber tomado su mano en actitud filial; incluso vi como Frank Vargas Pazzos, el militar que lideró revueltas contra su gobierno, se acercó a la clínica para saludarle y decirle, creo, que todo estaba olvidado, que se recupere pronto, que el país aún lo necesita. Estoy muy tembloroso ante un posible desenlace fatal: ¡con la muerte de Febres Cordero, el país perdería un gran hombre! Sniff, sniff, devuélvame el pañuelo porfa, que ya las lágrimas me cuelgan, trémulas, de mis cansinos ojos.

Y le devuelvo con rapidez su pañuelo, gracias, porque yo no estoy conmovido por lo que usted se imagina: ¡estoy intranquilo porque aquel señor pasaría a otra vida sin haber pasado, antes, por las manos de la justicia! Quien gobernó el Ecuador como capataz de hacienda, a punta de carajazos y con la consecuente violencia, merece todavía, en el crepúsculo de su vida, rendir cuentas de su trajinar político y económico.

El poder no es solo soberbio; su arrogancia le lleva a despreciar la Historia: creen, quienes han usufructuado del poder, que sus actos nunca serán descifrados, analizados y juzgados por las actuales o nuevas generaciones. Están más que seguros que la Historia tragará cuentos e infamias sin voluntad de inventario.

La prepotencia al violentar sistemáticamente los derechos humanos cuando era la primera autoridad del país y la metódica eliminación física de radicales adversarios políticos (¿recuerda usted a Consuelo Benavides, a Arturo Jarrín,…?) evidenciaron esa fría indiferencia con que los gobernantes de derecha combinan sus decisiones económicas neoliberales. Febres Cordero, por ejemplo, no cumplió su promesa electoral de ‘pan, techo y empleo’; más bien, amplió los beneficios de la ‘sucretización’ de las deudas privadas y, al final de su régimen, hasta la Reserva Monetaria llegó a ser negativa. (Incluso, cuando la Comisión para la Auditoría Integral del Crédito Público, que emitiera su sorprendente informe hace pocas semanas, pidió la información del uso de los préstamos de deuda externa por parte del Municipio de Guayaquil, éste no entregó ninguna información, lo cual debe ser investigado.)

Si estoy conmovido, no es de pena, sino de indignación. León, no se nos muera todavía; le necesitamos para demostrar al mundo y a nosotros mismos, y a nuestros hijos, y a los hijos de aquellos, que la impunidad es una ilusión con dedos de seda y que todos los actos contrarios al interés nacional jamás pueden ni deben prescribir. Cobijado en sábanas de seda de la lujosa habitación en la clínica: ¡León, le conmino a no morirse, hasta no ser juzgado!


Juan J. Paz y Miño: Futuro Constitucional

septiembre 30, 2008

Este artículo fue escrito antes del día señalado para el referéndum, de manera que al publicarse ya se sabrán los resultados del pronunciamiento nacional.


Cabe recordar, por tanto, que el proceso constituyente que ha vivido el Ecuador no se redujo al pronunciamiento favorable o contrario a una nueva Constitución, sino que, desde una perspectiva histórica, es el resultado de un proceso más amplio en el tiempo.


En efecto, cuando en 1979 se inició el gobierno de Jaime Roldós (1979-1981) y la vigencia de la Constitución aprobada en referéndum en 1978, las tendencias prevalecientes en la sociedad ecuatoriana fueron las del reformismo democrático. Sin embargo, pese al “izquierdismo” del gobierno de Osvaldo Hurtado (1981-1984) en aquella época (los empresarios le atacaban como “comunista”), la crisis económica y de la deuda externa obligó a los primeros giros “neoliberales”.


Pero fue a partir de León Febres Cordero (1984-1988) cuando el reformismo democrático revirtió. Bajo la hegemonía política del socialcristianismo, la economía pasó a orientarse por los intereses del alto empresariado y de las cámaras de la producción. Se implantaron el autoritarismo, la represión y la ausencia de democracia.


La consolidación del modelo empresarial de desarrollo, si bien fue temporalmente afectada por el reformista gobierno de Rodrigo Borja (1988-1992), revivió con Sixto Durán Ballén (1992-1996). Luego, entre 1996 y 2006, la caótica institucionalidad gubernamental, con siete gobiernos (tres electos y luego derrocados) y un efímero triunvirato dictatorial, acompañó a la continuidad de la construcción del modelo empresarial, que benefició a una elite y perjudicó a la mayoría nacional.


Por consecuencia, en los últimos veinticinco años el país se polarizó, pues se edificó una economía injusta y excluyente (Ecuador pasó a ser uno de los más inequitativos del mundo) y los partidos políticos se alejaron de sus responsabilidades sociales. Esto es lo que provocó la acumulación de fuerzas populares adversas y resistentes, que desde el levantamiento indígena de 1990 han venido afirmándose.


El triunfo del SI, da continuidad a este proceso de lucha social contemporánea, que en el futuro tendrá que enfrentar mayores polarizaciones por quienes se alistarán para evitar que un nuevo tipo de Estado se imponga sobre sus intereses privados. Y suponiendo que el NO hubiera triunfado (algo improbable), ello también marcará un momento de agudización de las confrontaciones por el poder, pues las viejas elites oligárquico-capitalistas buscarán arremeter contra toda reforma y contra quienes las han impulsado y apoyado. Su arrogancia autoritaria retornará aún con el triunfo del SI, pues no cederán “fácilmente” sus privilegios.


Como siempre lo han demostrado otras épocas históricas de flujos y reflujos sociales, solo la organización, la activa presencia popular y la lucha constante por nuestros valores y derechos, serán los mecanismos nacionales para frenar e impedir el totalitarismo de ese “Estado empresarial” criollo, ya vivido en el pasado reciente.